Bobby Fischer es para muchos el mejor ajedrecista de todos los tiempos, aunque su excéntrica trayectoria le convirtió también en uno de los más polémicos. Nacido en Chicago, en 1943, Fischer aprendió a jugar al ajedrez con tan sólo seis años, cuando su madre le compró el tablero y las piezas en una tienda del barrio. Desde entonces, ganar se convirtió para él en una obsesión.
Fischer coincidió en competición con los años de la supremacía soviética, lo que no le impidió alcanzar la gloria en su trayectoria como gran maestro con el título de campeón mundial, conseguido el 11 de julio de 1972 en Islandia, frente a Borís Spaski, en el denominado ‘Encuentro del Siglo’.
La brillante victoria ante Spaski fue sonada, pero supuso un punto de inflexión en la carrera de Fischer, quien, con un gran botín en premios, desapareció inesperadamente de la escena ajedrecista. Tres años después, en 1975, estaba prevista su defensa del título ante el joven Anatoli Karpov, pero la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) no pudo aceptar las ‘mil y una’ condiciones del norteamericano, quien decidió no jugar y fue destronado.
Los problemas de Fischer no terminaron ahí: tiempo después fue arrestado como sospechoso de un robo a un banco, tuvo problemas legales con los editores de una revista religiosa y, entre otros muchos episodios, el Gobierno de los EEUU le persiguió por participar en un torneo en Yugoslavia, en contra de una resolución de la ONU.
Bobby Fischer fue siempre muy meticuloso: en sus partidas exigía silencio absoluto, condiciones perfectas de luz y ausencia de cámaras fotográficas y de televisión, así como premios jugosos. Ahora bien, nadie puede discutir que fue un jugador brillante, inventor además del Reloj Digital Fischer, aún hoy empleado en algunos torneos de ajedrez para medir el tiempo de los movimientos.
Murió en enero de 2008 en Reikiavik, Islandia, con el mismo número de años que casillas tiene un tablero de ajedrez: 64.
creo q fue el mas inteligente pero tambien el mas loco