Quienes aseguran que la letra con sangre entra están equivocados. O igual no, pero surge ahora una alternativa a la mano dura para un correcto escribir. ¿De qué hablamos? De las nuevas tecnologías: un estudio de la Universitat Autònoma de Barcelona y la Blanquerna concluye que el uso de libros digitales entre los escolares mejora su ortografía.
El estudio basa su afirmación en el experimento realizado a 1.700 alumnos de Secundaria correspondientes a 27 centros educativos públicos, concertados y privados. A la mitad de ellos se les enseñó ortografía con textos tradicionales, mientras que los demás usaron medios digitales con el mismo objetivo. Tras el periodo de aprendizaje, ambos grupos fueron examinados, obteniendo los segundos calificaciones un 20% mejores que los primeros. Significativo.
Ni muerden ni nos condenan. No son una amenaza, ni siquiera para los libros tradicionales. Lejos de perjudicar, las nuevas tecnologías han de ir de la mano de los sistemas educativos. Porque facilitan el estudio y favorecen tareas como la comprensión y la memorización.
Leamos pues. Y aprendamos a escribir. Con publicaciones de papel, en la pantalla de un ordenador o en el led de una tableta digital; qué más da.