©Lisandro MoisesCuando viajamos, dejamos huella allá donde vamos. Y con millones de turistas visitando lugares protegidos y accediendo a rincones remotos, el mundo se resiente. Precisamente para minimizar los impactos negativos del turismo en el medio ambiente y en las comunidades, surgió en los años 80 el ecoturismo o turismo ecológico.
La Sociedad Internacional de Ecoturismo (TIES) define el término ‘ecoturismo’ como un viaje responsable a áreas naturales que conservan el ambiente y mejoran el bienestar de la población local. Y ese es precisamente el objetivo: preservar el entorno que se visita y fomentar la educación ecológica de los viajeros.
Según ha ido creciendo la conciencia ecológica de los turistas, han ido surgiendo más hoteles y agencias especializadas en turismo ecológico que ofrecen un servicio pensado con un doble objetivo: que el viajero disfrute de un servicio óptimo y que su viaje afecte de forma positiva a la población del destino que se visita. Costa Rica, Kenia, Brasil, Nepal o Ecuador son algunos de los países en los que el ecoturismo tiene ya gran presencia. Muchos pueblos pequeños y aldeas indígenas acogen a pequeños grupos para que vivan de modo sencillo en cabañas o ecolodges, aunque con determinadas comodidades no perjudiciales para el entorno. En Europa, se multiplican también las opciones ecoturísticas centradas en los ámbitos rurales y relacionadas con actividades como paseos en caballo, trekking, etc. Está en manos de todos viajar de un modo más responsable y ecológico.