Dudo mucho que a estas alturas haya alguien en el mundo que no sepa quién es Messi. Te guste el fútbol o no, soy de los que opina que ver a ‘La Pulga‘ en acción es en sí mismo un espectáculo. Como acudir al teatro, disfrutar de la ópera o dejarse asombrar en el mismísimo Cirque du Soleil. El ‘pequeño boludo’ del FC Barcelona ejecuta con potencia y velocidad cada uno de sus movimientos, regatea con destreza, asiste con inteligencia y marca goles con suma facilidad.
“¿Y de qué juega Messi? Me preguntaba el otro día un conocido ajeno al deporte rey. Yo, entre asombrado y sorprendido, le respondía: “De lo que quiera”. Porque los grandes son así, pueden jugar donde quieran, qué más da. Tienen licencia para eso y para más. Lo importante es precisamente que jueguen, que se diviertan y no dejen nunca de hacernos vibrar.
Por si no procede ser ambiguo en la respuesta, les diré a los despistados que Messi juega habitualmente de media punta o de segundo delantero, por detrás del 9 clásico, aunque también rinde muy bien por su explosividad como extremo, normalmente en la banda derecha.
En función del sistema que utilice el entrenador o las necesidades puntuales de su equipo, Messi puede además adelantar o retrasar su posición en el campo, aunque normalmente imponiendo siempre su vocación ofensiva. Lo lleva en los genes, sí. Y salvo sus rivales, en general los aficionados estamos encantados.