Si nos vamos de viaje y queremos cambiar divisas tenemos varias formas de hacerlo. Por todas ellas nos van a cobrar una comisión así que es conveniente valorar todas las opciones y decidir cuál, o qué combinación de ellas, nos conviene más. El banco, una casa de cambio o cambiar en el lugar de destino son algunas de las posibilidades.
Acudir a un banco para cambiar divisas suele ser lo más habitual. Además del tipo de cambio, que nos favorecerá o perjudicará en función de si el euro es más fuerte o más débil que la moneda que queremos, los bancos cobran por este servicio. Cuando la cantidad cambiada es pequeña la entidad incluso establece un gasto mínimo, que varía según el banco. Estas comisiones son libres aunque los bancos deben comunicarlas al Banco de España e incluirlas en el folleto de tarifas para clientes.
El cambio de divisa se puede hacer en efectivo en la ventanilla del banco o bien a través de una cuenta bancaria. En este último caso también hay comisión, aunque seguramente será distinta de la que se aplica en ventanilla. Si el dinero está en una cuenta se puede contratar una tarjeta de crédito para pagar las compras más grandes durante las vacaciones. Cuidado porque también pagarás comisiones si necesitas sacar dinero en efectivo de los cajeros del lugar de destino. Y no hay que olvidar que la tarjeta de crédito puede tener un límite máximo que habrá que revisar antes de salir de viaje.
El banco es cómodo pero no el más barato necesariamente. Además hay que tener en cuenta que las divisas menos solicitadas exigen más gestiones para conseguirlas, con lo que es posible que sean más caras y que tarden varios días en tenerlas disponibles.
También se puede decidir dónde hacer el cambio según cuál sea el tipo de cambio del momento. Cuando la divisa es más fuerte que el euro resulta más ventajoso hacer el cambio en el lugar de origen. Pero en países que viven mucho del turismo les interesa recibir el máximo de divisas fuertes. En estos casos tienen un tipo de cambio más interesante y te ahorras algo en comisiones. Puedes consultar nuestro conversor para ver el tipo de cambio oficial del Banco de España y compararlo con el que aplica la web del banco central del lugar al que te viajas. Es importante saber que van a darte dos precios: uno el de compra de moneda (cuando te compran la divisa que te sobra al final del viaje) y otro el de venta (cuando te venden la moneda oficial del país). El segundo suele ser mayor que el primero, es decir, te van a dar menos euros al marcharte que los que te pidieron al llegar para conseguir la misma cantidad de moneda extranjera. Es una forma de ganar algo de dinero y de incitarte a gastar el dinero que te queda en lugar de perder poder adquisitivo.
Las casas de cambio de divisa extranjera son otra opción. Funcionan igual que la ventanilla de un banco. Manejan el tipo de cambio oficial del Banco de España pero después le suman las comisiones de forma que el cambio que te ofrecen incluye todos los gastos. Suelen ser más caras.
Los cheques viaje permiten obtener dinero en efectivo en el extranjero. Son prácticos para funcionar en hoteles, restaurantes y bancos. Al ser nominativos son muy seguros: nadie que no sea el titular puede pagar con ellos. Tienen gastos por emisión y compensación aunque son algo más baratos que las comisiones de las casas de cambio y de las tarjetas de crédito.
Es difícil establecer cuál es el más barato y práctico de todos. Todos tienen ventajas e inconvenientes, por lo que se hace imprescindible comparar. Posiblemente la mejor opción sea una combinación de varias.
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