Un tablero, unas cuantas fichas, cuatro colores, un máximo de cuatro participantes y ¡a jugar! Hablamos del parchís, un juego de mesa ideal para pasar horas de diversión con los amigos o la familia. ¿Te has preguntado alguna vez quién fue el inventor del parchís?
El parchís tiene su origen en un antiguo juego llamado pachisi, inventado en el siglo XVI por el emperador Akbar el Grande, conquistador de la India. Por increíble que parezca, el tablero original era el mismo jardín del palacio del emperador mongol: el centro del tablero imitaba el trono y las fichas estaban encarnadas por las más bellas y jóvenes muchachas del reino, que se movían por las casillas marcadas sobre el pavimento dependiendo de la puntuación de los dados lanzados por el emperador. Estos dados eran cauríes -conchas de moluscos- que contaban como un punto si caían con el hueco hacia arriba, y la meta del juego era llegar al trono del emperador lo antes posible, donde las ganadoras recibirían un premio.
El nombre del parchís procede de la palabra india pachisi, que significa veinticinco; ya que en cada tirada del juego había que lanzar 25 cauríes.
En el siglo XIX los ingleses sustituyeron las mujeres por piezas de marfil e incluyeron el cubilete y los dados que ya se usaban en el juego de la Oca; le pusieron el nombre de Ludo. En Alemania, el juego se conoce como ‘Mensch-ärgere-dich-nicht’ -no te enfades, hombre- y fue publicado en 1910. En el caso de España, es el ‘Parchís’ y en Francia, ‘Le Jeu de Dada’ o ‘Petits Chevaux’.
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