Un ictus es un transtorno brusco de la circulación que ataca al cerebro. Esta obstrucción del flujo sanguíneo afecta a personas de todas las razas, de los dos sexos y de muy distintas edades, si bien el riesgo de padecer la enfermedad aumenta considerablemente entre quienes superan los 60.
El 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una cita concienciadora e informativa sobre la que es una de las principales causas de muerte en el mundo. Para que os hagáis una idea: el número de fallecimientos por ictus supera cada año al que generan conjuntamente enfermedades tan dañinas como el sida, la malaria y la tuberculosis.
Sufrir un ictus no es sinónimo de defunción, si bien su ataque equivale la mayoría de las veces a graves e irreparables secuelas. Como medidas de prevención, las autoridades sanitarias aconsejan las siguientes: realiza análisis sanguíneos periódicos para medir la presión y los niveles de glucosa y lípidos, realizar ejercicio a diario, alimentarse de forma equilibrada sin abusar de la sal y los azúcares, evitar el sobrepeso y el tabaco y no excederse en el consumo de alcohol.
Son numerosos los lugares en todo el mundo que organizan actividades con motivo del Día Mundial del Ictus. En ellas participan desde profesionales sanitarios, hasta grupos de ayuda y redes de apoyo para supervivientes, entre otros colectivos implicados. Por supuesto, estáis invitados.
¿Sabías que…?
El ictus se cobra una vida cada seis segundos.