La expresión ‘tirarse a la piscina’ se utiliza habitualmente como sinónimo de atrevimiento, de osadía. Se dice que una persona se tira a la piscina cuando toma una decisión que entraña algún riesgo. Y si éste es muy grande, si el riesgo roza la temeridad, escucharás con ironía que el lanzamiento es en plancha, de cabeza y/o a una piscina sin agua. ¿Y en el mundo del fútbol? ¿A qué se le llama ‘tirarse a la piscina’?
Un jugador que se ‘tira a la piscina’ es aquel que se deja caer para simular una falta, normalmente dentro del área -penalti- o al borde de la misma, donde el peligro de cara a la portería rival es mucho mayor. No debemos confundir el ‘piscinazo’ con la exageración, dos prácticas distintas aunque con un objetivo común: engañar al árbitro y sacar provecho de ello.
Al igual que la vida, el fútbol es en ocasiones puro teatro, y son muchos los actores que deciden sacar provecho de sus dotes para la interpretación practicando el ‘piscinazo’ o la exageración desmedida. Eso sí, como la vida también, estas acciones no están exentas de riesgo: simular infracciones puede -y de hecho debe- acarrear amonestaciones. Claro que para eso el árbitro o sus asistentes han de darse cuenta del engaño.
Futbolistas piscineros ha habido y hay muchos, normalmente jugadores casi todos de posiciones de ataque: delanteros, extremos, mediocampistas ofensivos… Ni tan siquiera las grandes estrellas del balón como Cristiano Ronaldo o Messi pueden ocultar en su expediente algunos ‘piscinazos’ deluxe.