¿Qué películas ha producido George Lucas en 'Lucasfilm'?

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Que una major como Disney la haya comprado por más de 4 mil millones de dólares, demuestra que Lucasfilm es uno de los sellos más importantes y beneficiosos de Hollywood. Una productora que, más allá de la saga ‘Star Wars’, tiene una historia digna de repasar.

Fundada por el multimillonario magnate George Lucas en 1971, de su seno han nacido subsidiarias técnicas tan relevantes como ‘Industrial Light & Magic’ -efectos especiales-, ‘Skywalker Sound’ -sonido- y ‘LucasArts’ -videojuego-. Incluso los genios de Pixar dieron los primeros pasos en sus instalaciones, antes de ser vendidos a Steve Jobs como parte de uno de los negocios más redondos del siglo. Pero, concretamente, ¿Qué películas ha producido ‘Lucasfilm’?

La primera película producida por la compañía es, nada casualmente, el primer gran éxito como director de George Lucas, ‘American Graffiti’ (1973), una cinta sobre la juventud y las bandas callejeras que no hacía anticipar los derroteros que tomaría más tarde la carrera del cineasta. El joven y carismático productor creaba así una película más propia del estilo su compañero de fatigas, Francis Ford Coppola, quien una década más tarde llevaría al cine la popular ‘Rebeldes’ (The Outsider), todavía hoy lectura obligatoria en secundaria.

Asentado sobre los rebeldes setenta, la exitosa cinta (superó los 100 millones de dólares en taquilla) podía ser confundida con una obra de la filmografía de Coppola, que tan solo servía de productor. El semi-desconocido reparto incluía a Ron Howard, Richard Dreyfuss y a Harrison Ford en un rol secundario. El propio Howard acabaría dirigiendo películas para Lucasfilm, mientras que a Ford la compañía le regalaría sus dos personajes más icónicos, los encargados de definir su carrera. El barbudo director, por su parte, lanzó en 1979, la tercera cinta producida por Lucasfilm, la secuela ‘More American Graffiti’, una olvidable historia que recuperaba a los personajes de la primera y que haría presagiar la pasión por multiplicar las ganancias del rey del Rancho Skywalker.

Pero fue en 1977 cuando Lucas dio el verdadero golpe sobre la mesa, al estrenar la primera ‘Star Wars’, encargada de, para bien y para mal, dar un vuelco a la industria. Los más de 700 millones recaudados en la taquilla doméstica y las kilométricas colas para ver la épica fantasía espacial, que más tarde sería retitulada como ‘Una nueva esperanza’, anunciaba que los comprometidos 70 habían acabado. Hollywood nunca sería igual. Auspiciados por ‘La guerra de las galaxias’, los ochenta se preparaban para ser la década del entretenimiento y la aventura por antonomasia, y Lucas no podría desaprovechar el monstruo que había parido.

Ahora, el objetivo de todo magnate que se preciara era repetir la fórmula una y otra vez. Así lo hizo Lucas también, cerrando la trilogía más famosa de la historia del cine en 1983, tras escribir y producir ‘El imperio contraataca’ y ‘El retorno del Jedi’. Dos décadas más tarde, con los dólares todavía rodando por los pasillos de su mansión, se atrevería incluso a rodar, de nuevo detrás de la cámara, esa trilogía precuela que hoy nos gustaría olvidar, y con la que creció una nueva generación. El ‘Episodio I: La amenaza fantasma’ (1999), ‘Episodio II: El ataque de los clones’ (2002) y ‘Episodio III: La venganza de los Sith’ (2005) daban un nuevo comienzo a la saga de los Skywalker, con Anakin/Darth Vader como principal motor. Todas ellas fueron distribuidas por Fox, donde se mantendrán ahora los derechos de las antiguas, aún con la compra de Disney. Habrá que esperar al séptimo episodio -planeado para 2015- para ver la primera bajo el manto de la compañía del ratón.

Pero, regresando al pasado, mientras que Lucasfilm cerraba una franquicia con la que hacía negocio en cualquier estadio, abría otra no menos brillante: la dedicada al audaz arqueólogo Indiana Jones. En 1981, ‘En busca del arca perdida’ ayudaba a Harrison Ford a independizarse de la saga galáctica y del rudo Han Solo, gracias a la pluma de Lucas y de su mejor amigo, Steven Spielberg. El éxito consecuente, llevó a crear ‘Indiana Jones y el templo maldito’ (1984), ‘Indiana Jones y la última cruzada’ (1989) y, más recientemente, ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ (2009), que trató de recuperar, sin demasiado tino, la magia de las películas de aventura de los 80. Lucas debería haber aprendido que hurgar en el pasado no es recomendable. Es mejor no emborronar los buenos recuerdos. Ninguno de sus fans se lo perdonará. Los millones teñidos de nostalgia, no obstante, no paraban de llover.

Lucasfilm puso su sello, además, una pareja de cintas de aventuras memorables de los 80, dos de las que definieron la mencionada década. Al genio de las marionetas, Jim Henson, se le concedió la oportunidad de probar sus habilidades en el cine de entretenimiento, gracias a la imaginativa ‘Dentro del laberinto’ (Labyrinth). A Ron Howard, por su parte, se le dio la oportunidad de enfrentarse a la fantasía épica, gracias a ‘Willow’, que, con el tiempo, acabó como un clásico de culto que ha alegrado el día a varias generaciones de niños. Ambas tenían monstruos, brujas, enanos y quilos de imaginación.

Pero no todo han sido éxitos en la carrera de la empresa. Así, no podemos dejar sin nombrar esa chanante ‘Howard el Pato’ (1986), que ya mencionamos cuando hablamos del oscuro pasado de Marvel. Lucas apadrinó incluso una de las obras más olvidadas -y olvidables- de la carrera del ínclito Francis Ford Coppola, ‘Tucker, un hombre y su sueño’, biopic automovilístico protagonizado por Jeff Bridges.

Entre la filmografía de Lucasfilm encontramos también la animada ‘En busca del valle encantado’, que dio para una plétora de cintas directas a vídeo alrededor de los devenires del dinosaurio Piecitos; ‘Twice upon a time’, precursora en la stop-motion; o ‘Asesinatos en la radio’ y la bélica ‘Red Tails’, ambas con guion de Lucas pero muy alejadas del estilo al que nos tiene acostumbrado.

En 2012, habiéndose llevado un buen trozo de la venta de Lucasfilm, ha renunciado incluso a su posición como gerente de la marca, al ceder sus funciones a Kathleen Kennedy, partenaire habitual de Spielberg. Es difícil no imaginarse a George Lucas en su rancho y nadando -literalmente- en dinero, como si de un mero Tío Gilito se tratara. En su futuro, junto con su dedicación a la filantropía, ha decidido tratar de llevar a cabo proyectos más personales y experimentales, que deberán financiarse con su propio capital, puesto que dudamos que ninguna major esté dispuesto a producirlo. Un camino similar por el que desde hace tiempo deambula Coppola, quien logra más ingresos por sus viñedos que por sus largometrajes. El único de los ‘tres amigos’ todavía dedicado a producciones mainstream es Spielberg, tan infatigable como siempre.

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