‘Canción de Navidad’ de Charles Dickens, un clásico de las adaptaciones cinematográficas

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Animadas, comedias, dramas, con Teleñecos, Bugs Bunny y el Tío Gilito, en motion-capture, en blanco y negro, musical, con Barbie… Pocas novelas han sido tantas veces adaptadas al cine como ‘Canción de Navidad’ (A Christmas Carol) de Charles Dickens. La influyente obra del genio británico no solo inspiró a la película más repetida en periodo navideño -‘¡Qué bello es vivir!’ de Frank Capra- sino que ha lanzado todo tipo de versiones a las salas de cine, desde las más fieles hasta las más alocadas.

Tal es el furor del celuloide por la obra de Dickens que ya en 1901, en los anales del cine, los británicos crearon un cortometraje donde trasladaban hasta el recién descubierto arte al avaro Ebenezer Scrooge y a su colección de fantasmas dispuestos a enseñarle una importante lección, del pasado, presente y futuro. ‘Scrooge, or, Marley’s Ghost’ de Walter R. Booth es solo una pequeña muestra de las cientos de adaptaciones que vendrían después.

En las primeras décadas del siglo XX las adaptaciones del clásico se apilaban. En 1916, a medida que la industria cinematográfica crecía, llegó, con cambio de nombre, el primer largometraje propiamente dicho, ‘The Right to Be Happy’. Sir Seymour Hicks, por su parte, interpretó dos veces al icónico ‘Scrooge’ (en versiones de 1913 y 1935). Los estadounidenses se atrevieron, a su vez, con ‘A Christmas Carol’ (en 1938), protagonizada por Reginald Owen; e incluso los españoles, concretamente el director Manuel Tamayo, hicieron lo propio en ‘Leyenda de Navidad’ (1947), con Jesús Tordesillas. Dickens llegaba a cualquier parte del mundo.

Pero la más ilustre de las adaptaciones, alabada por la crítica décadas después, llegó en 1951, de la mano de ‘Scrooge’. El veterano Alastair Sim interpretaba allí a un Ebenezer que influiría a todos los que vinieron después. Tan valorado fue el film (lo tenéis integro al comienzo del post, por arte de youtube y la libertad de derechos), que durante casi dos décadas nadie se atrevió a volverlo a llevar hasta las salas, salvo por una versión italiana de 1953, ‘Non è mai troppo tardi’, que incluía, entre otros, al legendario Marcello Mastroianni. La de 1951, por cierto, sería posiblemente la versión más dramática que se ha hecho nunca del clásico de Dickens.

Un nuevo cambió de tercio llego con la década de los 70, cuando los magnates de Hollywood decidieron dar un golpe de efecto de la mano de un giro de 180 grados a la obra, ahora reconvertida en una gran comedia musical. Otra leyenda de las tablas británicas, Albert Finney, sería el encargado de cantar como Scrooge frente a unos fantasmas tan reconocibles y brillantes como Alec Guinness, Edith Evans y Kenneth More.

Un año más tarde, en 1971, un corto animado se atrevió incluso a ganar el Oscar a Mejor Cortometraje Animado. No en vano, el propio Alistair Sim volvía a ceder sus laringes a Scrooge. El cortometraje, además, sirvió de detonante para que todo tipo de dibujos se pasearan por el mundo de ‘Canción de Navidad’. En 1979, fueron Yosemite Sam y Bugs Bunny quienes protagonizaron el ilustre relato, mientras que en el 83 Walt Disney se atrevió con el clásico ‘Cuento de Navidad de Mickey’, donde el mismísimo Tío Gilito se reencarnaba en un carácter con el que guardaba incontables similitudes.

 

En pleno apogeo de la comedia estadounidense, incluso Richard Donner y Bill Murray se atreverían en 1988 a llevar a la gran pantalla una versión actualizada para el mundo moderno. ‘Scrooged’ (Los fantasmas atacan al jefe) reviviría a los fantasmas en una cinta digna de la filmografía de los años mozos del rey de la comedia ochentera.

En otro orden de cosas, picoteando de nuevo en la comedia musical, ya en 1992 fueron los Teleñecos los encargados de erigir otro gran imprescindible de las Navidades. La versión de los personajes de Jim Henson tenía como ilustre protagonista, además, al legendario Michael Caine. Ésta es la versión favorita de incontables niños nacidos en la época. Disney trató de repetir la jugada en 2009, con una adaptación totalmente digital gracias a la performance capture. La versión dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Jim Carrey, no obstante, resultó ser un considerable fracaso. Simon Callow, Kate Winslet y Nicolas Cage cedieron sus voces a su propia versión de bajo presupuesto del clásico en 2001, pese a que también hiciera aguas en la taquilla.

Pero esto no es todo. Gracias a que se encuentra libre de derechos, la historia ha contado con docenas de adaptaciones televisivas, alguna infame parodia y varias copias descaradas, en todos los medios imaginables por el hombre. En Televisión, por ejemplo, hemos visto a actor como George C. Scott, Jack Palance (en una versión en el Viejo Oeste), Kelsey Grammer y Patrick Stewart transformados en Scrooge. Algo así como el Hamlet de nuestro tiempo. Queda claro que cualquier generación está obligada a tener su propia versión del imperecedero clásico de Charles Dickens.




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