En la actualidad, llamamos villancicos a todas esas canciones navideñas clásicas que animan las fiestas. Sin embargo, estas composiciones líricas con rima tradicionales en España, Latinoamericano y Portugal tienen un origen muy distinto, como canciones populares de los siglos XV y XVIII. ¿Cuál es el origen de los villancicos?
Originalmente, no se llamaba villancico a las típicas canciones navideñas populares, sino a los cortos cánticos con origen popular compuestas normalmente por una pequeña estrofa que tenía cierta sonido pegadizo. Su origen etimológico, no en vano, bien podría estar en su condición como canciones estróficas cantadas por los habitantes de las villas, pueblerinos y campesinos. Normalmente, además, no tenían relación alguna con la religión, dado que tenían un carácter profano y lúdico (narrando sucesos recientes y cercanos que todos los vecinos conocían).
A partir del siglo XV, estas canciones de la lengua vulgar comenzaron a conocerse como villancicos, empujando en el renacimiento una evolución de formas musicales arcaicas como las cantigas. Asimismo, estos villancicos estaban claramente influidos por el zéjel -de procedencia mozárabe-, la ballata o las cantigas paralelísticas. Los estribillos y las coplas, asimismo, eran las piezas fundamentales de su composición.
El primer documento donde se deja constancia de un villancico con estas características es ‘Cancionero de Stúñiga’, en 1458. Juan del Enzina, el portugués Pedro de Escobar, Francisco Guerrero, Mateo Flecha, el guatemalteco Gaspar Fernandes y Juan Gutiérrez de Padilla son, por su parte, algunos de los compositores a los que se les atribuyen los más famosos.
No sería hasta el siglo XVI cuando la Iglesia vio la posibilidad de utilizar estas composiciones a su favor, para expandir sus ideas y creencias a lo largo del pueblo. De este modo, paulatinamente, lo que hasta ahora sólo había incluido narraciones con temáticas popular y pagana fue mezclándose con asuntos de fe y pasajes bíblicos. Poco a poco, se comenzaron a utilizar en las principales fiestas litúrgicas, entre las que se incluía, por supuesto, la Navidad.
Desde entonces, la acepción de la palabra ha ido evolucionando y perdiendo su sentido original. En la actualidad, se denomina villancico a cualquier canción de Navidad, pese a que este tipo de composiciones sean más antiguas, en realidad, que los villancicos propiamente dichos.
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