Son muchos los artistas que han forjado su fama a partir del aguafuerte y muchas las obras que, gracias a este procedimiento, han dado lustre a las paredes de algunos de los museos más importantes del mundo y a tantas y tantas ilustraciones literarias. Seguro que te suena, pero ¿sabes qué es el aguafuerte?
El aguafuerte o grabado al aguafuerte es una técnica de impresión, normalmente sobre papel o textil, que nació en Alemania e Italia en el siglo XVI. Es en esencia un método de calco indirecto en el que el creador dibuja sus composiciones en una plancha de metal (normalmente zinc o hierro, pero también acero, cobre…) cubierta por un barniz o cera.
La grabación inicial se realiza con un estilete, púa o punzón, alcanzando hasta el metal, aunque sin penetrar en él. Después la plancha es sumergida en un ácido que corroe las zonas no protegidas por el barniz y deja los surcos que a posteriori permitirán la estampación.
El proceso de inmersión en el ácido es muy importante, ya que en función de su duración los surcos serán más o menos profundos, algo que repercutirá en el entintado y, a la postre, en las distintas tonalidades que muestre la obra final.
A lo largo de la historia ha habido grandes aguafuertistas, algunos del prestigio de Rembrandt, Goya, Van Gogh, Rodin o Monet.