Utilizamos la expresión ‘descubrir (o descubrirse) el pastel’ como sinónimo de ‘desvelar algo que se pretendía mantener oculto por algún motivo concreto’. Normalmente el secreto en cuestión hace alusión a algo malo, por lo que hacer pública la verdad implica a menudo la atribución directa o indirecta de alguna culpa. ¿Sabes cuál es el origen de ‘descubrir el pastel’? Te lo contamos a continuación.
El pastel al que se refiere la locución que nos ocupa era en su momento de carne, una especie de empanada. Al parecer, antiguamente, algunos cocineros variaban a propósito el relleno de este “plato”, engañando al comensal sobre los ingredientes y el peso final del producto y aumentando con ello sus beneficios.
Muchos clientes, sabedores de las artimañas de cocina, no se fiaban, por lo que en ocasiones realizaban un ligero corte en la masa para comprobar que lo que compraban era exactamente lo que se les estaba vendiendo. ¿Qué pasaba? Que muchas veces se “descubría el pastel”, o lo que es lo mismo: se confirmaban las sospechas iniciales y se desvelaba lo que en realidad rellenaba la empanada.
El término ‘pastel‘ comenzó entonces a asociarse con el ‘engaño‘ y con el paso del tiempo fue adoptado en el argot de los tahúres con este matiz. En concreto, en ambientes relacionados con el juego, se emplea para hacer alusión a un tipo de trampa que consiste en barajar los naipes disponiéndolos de tal manera que el reparto beneficie interesadamente a quien lo realiza.
