Cabalgar sobre las olas, en esto consiste más o menos el surf. Deslizar y hacer giros sobre las aguas más bravas de pie sobre una tabla. Un deporte adictivo que se remonta en el tiempo y supone poco menos que una forma de vida para quienes lo practican. ¿Sabes dónde nació el surf?
Probablemente, las civilizaciones precolombinas practicaron hace miles de años algún tipo de actividad similar a la del surf. De hecho, en Perú se celebran desde hace siglos los llamados “caballitos de totora”, una modalidad de navegación con la que la población local, usando fardos de cañas o totora, se adentraba en el agua para pescar.
Más parecidas aún con el surf actual eran determinadas prácticas que tenían lugar en Polinesia 500 años atrás. Así lo constató el explorador inglés James Cook, que arribó a las islas Sandwich, actualmente Hawái, en 1776. Por desgracia, el contacto con los colonizadores supuso la represión de las culturas actuales y, por ende, un varapalo para aquel primitivo surf.
En el siglo XX el surf se recuperó una enorme popularidad en Hawái y se extendió con fuerza por otras costas como la australiana y la californiana. Fue precisamente aquí, en Santa Cruz (California), donde se realizó la primera demostración deportiva de la modalidad en 1885.
