Por todos es sabido que caminar 30 minutos al día es un ejercicio que proporciona grandes beneficios para nuestra salud. Pero además, si lo hacemos por la arena, estos beneficios se multiplican. ¿Por qué es tan bueno caminar por la arena?
Según múltiples estudios neurálgicos, casi todas las terminaciones nerviosas relacionadas con las funciones vitales se encuentran en la planta de los pies. Su contacto con la arena favorece la relajación y ayuda a liberar el estrés, así como a actuar contra la ansiedad.
Asimismo, al caminar por la arena se activa la circulación sanguínea, previniendo el hinchazón de pies y tobillos, y la aparición de las varices.
Como la arena no es dura ni lisa, se trabajan de manera más intensa los músculos y logramos tonificar los muslos, glúteos y tobillos, previniendo posibles lesiones. Los minerales de la arena como el yodo, nos ayudan además, a hidratar la piel.
Si estás pensando en comenzar a caminar por la arena, un pequeño consejo: empieza por andar sobre la arena mojada, ya que es más fácil y supone un menor esfuerzo. Una vez que hayas adquirido mayor resistencia física, ya estarás preparado para pasar a andar sobre la arena seca.
Por último, no olvides protegerte contra el sol y llevar contigo un botellín de agua, ¡disfrutarás mientras haces ejercicio!