¿Cómo se juega al snooker?

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Mesa inicial de snooker
Mesa inicial de snooker | Foto: William Ju/ShutterStock

El snooker se inventó tal y como hoy es conocido en 1875 por tropas británicas y su práctica sigue estando ampliamente extendida por jugadores del Reino Unido: Ronnie O’Sullivan, Mark Selby, John Higgins… El snooker es un juego de billar que se practica como la variante bola 9, en tanto en cuanto los participantes juegan con las mismas bolas y van turnándose entre sí cuando cometen un error.

El objetivo del juego es obtener en la partida más puntos que el oponente y la mecánica de juego es sencilla. En el snooker existen tres tipos de bolas: la blanca; usada como bola de golpeo, las bolas rojas y las bolas de color. Las rojas son de color rojo y suman un total de 15 en partidas profesionales (existen variantes con menor número). Su puntuaje es un punto. En cuanto a las bolas de color, están la: amarilla (2 puntos), verde (3 puntos), marrón (4 puntos), azul (5 puntos), rosa (6 puntos) y negra (7 puntos).
En el juego es necesario alternar embocar bolas rojas con bolas de color. Primero hay que meter una bola roja, luego una de color (cualquiera, aunque lo propio es centrarse en la que teniendo un buen golpe sobre ella puntúe más alto), posteriormente una roja, una de color y así sucesivamente. Cuando el rival pierde el turno, se vuelve a empezar con esta mecánica (roja -> color), aunque la última bola del oponente hubiese sido una roja. Las bolas rojas no se vuelven a colocar en la mesa al ser embocadas, únicamente se retornarán las de color a su posición inicial, con una salvedad. En el momento en el que toque embocar una bola roja y no haya sobre la mesa, será el momento de introducir las de color de mayor a menor puntuaje (negra, rosa, azul, marrón, verde y amarilla). Llegado tal momento, las bolas de color tampoco se volverán a colocar sobre la mesa de juego.

En el transcurso del juego no todo es buscar la combinación bola roja con bola de color, sino que existen tácticas defensivas para lograr que el rival cometa falta o que le deje un golpe fácil a quien inició la defensa. Estas tácticas suelen llevarse a cabo cuando el jugador que inicia la defensa no tiene ningún golpeo con cierta probabilidad de éxito o cuando necesita que su oponente cometa alguna falta para poder llevarse la partida, ya que las faltas se sancionan con puntos (4 puntos como mínimo). Las faltas más frecuentes son las de no tocar con la bola blanca primero la bola que en ese tiro se necesita, no tocar ninguna bola o introducir una bola de color cuando corresponde embocar bolas rojas. En el caso de que una bola de color azul, rosa o negra esté implicada en la falta, la penalización será de 5, 6 o 7 puntos respectivamente.

La partida termina cuando la única bola que queda sobre la mesa es la blanca o cuando por lógica uno de los jugadores ya no puede alcanzar en puntuaje a su rival y ambos deciden finalizarla, ya que el que parece tenerlo imposible siempre puede apelar a buscar faltas de su rival y conseguir así tener opciones, algo que no es nada habitual salvo en diferencias muy ajustadas (de 4 o menos puntos). No obstante, en partidas profesionales, si ya un jugador no puede alcanzar a su rival, el ya ganador del frame no suele dejar su turno hasta que no falle, aunque su forma de jugar será ya más rápida y despreocupada.
Por otra parte, la mayor puntuación que se puede conseguir en una partida sin faltas es 147-0. Para un break de 147 puntos es necesario alternar constantemente rojas con negras y, obviamente, no ceder en ningún momento el turno una vez comenzado el puntuaje, ya que de lo contrario no sería un break. En el snooker profesional, un break de 147 puntos equivale a llevarse un premio monetario adicional para reconocer su dificultad.

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