La palabra Spam no se recoge en el diccionario de la Real Academia Española, sin embargo, se ha convertido en uno de los términos más usados y con mayor expansión de los últimos años. En castellano también se conoce como ‘correo basura’, pero lo cierto es que el uso de Spam se ha estandarizado, debido a lo directo y reconocible del vocablo anglosajón.
El primer email con spam data del 5 de marzo de 1994, cuando la firma de abogados Canter & Siegel publicó en Usenet un mensaje anunciando su firma legal. Los resultados fueron inmediatos y al día siguiente el bufete de abogados facturó más de 10.000 dólares entre casos de amigos y lectores que vieron el anuncio en internet. A partir de entonces el marketing mediante correo electrónico se disparó de manera desmesurada hasta los niveles que conocemos hoy en día.
Contra el spam no existen recetas mágicas pero una serie de consejos pueden evitar que nos veamos inundados por este correo basura. La primera de las medidas será evitar dar nuestra dirección de email en foros de internet o en sitios en los que pueda ser expuesto a la luz pública. Por supuesto, también se recomienda tener un buen programa que filtre el correo basura.