Dormir bien es fundamental no solo para descansar sino para que tener una buena salud ya que durante el sueño es cuando el cuerpo recupera las energías perdidas durante el día. Si no descansamos lo suficiente, no podremos rendir durante las horas siguiente a un mal sueño.
Como regla general, cuanto mayores nos hacemos, menos horas necesitaremos dormir. Los recién nacidos duermen unas 17 horas al día; a los 18 meses, unas 14; a los 4 años, unas 12 horas y después de los 10 años unas 10 horas. Los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño. Y según vamos envejeciendo, las horas de sueño se van reduciendo.
De todas formas esto no es una regla general si no que, en función de cada persona, puede variar de forma que hay personas que necesitan algo mas y otras que, con menos, se encuentran perfectamente.
Por último, no sólo el número de horas y la calidad del sueño es importante para la recuperación de energía, también los ciclos del sueño es un factor a tener en cuenta. Por muchas horas que durmamos si, nos despertamos en mitad de un ciclo, no estaremos tan descansados como si lo hacemos al final.