¿Cuántas jorobas tiene un camello? ¿Y un dromedario? ¿Cuál es cuál? Te damos a continuación la respuesta para que no te vuelvas a equivocar, aunque antes has de saber que ambos pertenecen al mismo género de mamíferos artiodáctilos, el Camelus, y que si por algo resultan admirables es por su capacidad para sobrevivir en las duras condiciones desérticas.
El camello tiene dos jorobas y el dromedario solamente una. Estas protuberancias son su principal seña de identidad, sobresalen alrededor de 75 centímetros y cumplen una función ni mucho menos menor: favorecer la adaptación y resistencia del animal a las altas temperaturas ambientales.
Durante mucho tiempo se dijo que camellos y dromedarios acumulaban agua en sus jorobas, pero esto es una verdad a medias. En realidad, lo que hacen es concentrar en ellas la grasa que ingieren, en lugar de repartirla por todo el cuerpo. Ésta actúa como aislante frente a los rayos solares y evita con ello una sudoración que de producirse en exceso sería letal.
Los Camelus son tan duros que no transpiran hasta que su temperatura corporal alcanza los 41º C y, cuando sudan, lo hacen exclusivamente por la zona de la joroba, que mengua y se pone flácida si se la requiere para garantizar la subsistencia.
Aunque te parezca increíble, los camellos pueden aguantar semanas sin beber agua. Aparte de por lo ya comentado, esto es posible por la configuración de sus células sanguíneas. Además, los riñones están especialmente indicados para concentrar la orina y, en caso de necesitar líquido, nuestros protagonistas son capaces incluso de extraerlo de sus propias heces.
Otros datos curiosos sobre los camellos son los siguientes: mide hasta 2,15 metros contando la joroba, alcanza velocidades en carrera de 65 km/h y su esperanza de vida se extiende hasta los 40 o 50 años.