¿De dónde proviene la expresión 'no dar un palo al agua'?

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La expresión ‘no dar un palo al agua’ es una de las más recurrentes para cuando queremos referirnos a alguien que no se esfuerza o que no hace nada de provecho. En definitiva, un vago. El origen de tal expresión proviene del lenguaje marinero de antaño, y de ahí se ha difundido extraordinariamente hasta colarse en nuestro vocabulario del día a día.

Entendemos por palo ‘todo objeto de madera de forma alargada’, por lo que los remos son en realidad palos de madera que se emplean para que una embarcación avance. De ahí surge la expresión ‘no dar un palo al agua’ o ‘no pegar un palo al agua’.

Aquel que no dé un palo al agua, por tanto, será aquel que no reme junto a sus compañeros para desplazar la embarcación y, por ello, será un vago, un holgazán insolidario que no colabora con el resto de compañeros de tripulación.

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