El Día Internacional para la Prevención del Suicidio se celebra cada 10 de septiembre con el auspicio de la Organización Mundial de la Salud. ¿La razón? Concienciar sobre un problema de primera magnitud que, paradójicamente, se puede en gran medida prevenir.
Tal y como indican desde la OMS, el suicidio es una causa de muerte prematura en cuyo freno hay mucho margen de mejora. Tanto a nivel político, como estratégico. ¿De qué manera? Fomentando planes de los que se deriven terapias y acciones comunitarias eficaces.
Sí, es necesaria una labor mundial. La complicidad de los Gobiernos y el apoyo conjunto de una ciudadanía que ha de conocer datos que hablan por si solos. Por ejemplo que el suicidio provoca casi la mitad de todas las muertes violentas del planeta, lo que equivale además a casi un millón de víctimas al año y costes económicos por valor de miles de millones de dólares.
Tal y como afirman los responsables de la Organización Mundial de la Salud: “Cada suicidio supone la devastación emocional, social y económica de numerosos familiares y amigos”.
¿Sabías que…?
Cerca de 3.000 personas tratan de poner fin a su vida cada día.
Tan solo una de cada 20 personas que intentan suicidarse lo consigue.