Macondo, el pueblo imaginario que Gabriel García Márquez inmortalizó en su novela ‘Cien años de soledad’, existe. No se llama así, aunque es perfectamente reconocible; la fuente de inspiración de la que el famoso escritor bebió para emplazar su relato más ilustre. ¿Dónde está Macondo?
La villa de Macondo que describía García Márquez es en realidad Aracataca, el municipio colombiano que le vio nacer. Un pequeño y humilde pueblito emplazado en el departamento de Magdalena. Un lugar remoto que pudo incluso cambiar su nombre por el literario, aunque la propuesta fue rechazada en referéndum local.
Existen diferentes versiones sobre la procedencia de la palabra Macondo, sobre su origen etimológico, aunque el propio autor señaló en su autobiografía ‘Vivir para contarla’ que hacía referencia a una finca bananera cercana a Aracataca. Al parecer, al literato le llamó mucho la a atención desde niño este lugar y, más aún, el curioso nombre, sonoro y poético.
Aracataca fue fundada en 1885 y convertida en municipio en 1915 mediante ordenanza. Riega su casco urbano el río del mismo nombre y la actividad de economía de las gentes que lo habitan se fundamenta principalmente en la agricultura.
Según narra Gabriel García Márquez en ‘Cien años de soledad’, la fundación de Macondo corrió a cargo de José Arcadio Buendía y algunos miembros de su expedición. Hasta este rincón del mundo llegaron, y allí, una noche, el protagonista “soñó con una ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo cuyo nombre era Macondo”.
Otras novelas que también mencionan a Macondo son ‘La hojarasca’, ‘El coronoel no tiene quien le escriba’, ‘Los funerales de la Mamá Grande’, ‘La mala hora’. ‘McOndo’. ‘El sol brilla por la noche en Cachemira’, ‘La vida instrucciones de uso’, ‘Crónica de una muerte anunciada’ y ‘La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada’. Del mismo modo se hace alusión al pueblo en el cuento ‘El monólogo de Isabel viendo llover en Macondo’.
Macondo está en una urbanización en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia. Es una pequeña quinta de clase media que fue construida para el año de 1976 y ocupada por mis padres en 1977. Mamá, de Aguasay, Monagas, Venezuela, un pueblo oriental a más de 900 kilómetros de distancia de Maracaibo y papá de San Rafael de Mara, un poco más cerca, pusieron a esa casita el nombre de «Macondo» evocando, justamente la fantasmagórica ciudad de García Márquez en su clásico…»Esto es Macondo, Otto» dijo mamá a papá el primer día que vieron la casa, por cierto, la última disponible de las 200 casas de ese residencial. Macondo -mi casa- quedaba lejos de todo y rodeada de monte…un lugar agreste. Hoy, está enclavada en el mundanal ruido con mucho comercio alrededor…Pero, sigue siendo Macondo…Hay otra Macondo en Maracaibo, una casa mucho más vieja que la mía y más grande…De esas casas viejas de más de 50 años…Queda en un sitio llamado Ziruma en Maracaibo, y, seguramente, es de colombianos y fue la primera en Maracaibo con ese nombre. Nosotros, sin saberlo, los secundamos…Aún vivo en Macondo y creo que moriré allí…
No comparto el comentario, el pueblo que describe Gabo no es Aracataca, es el municipio de Sucre en el departamento de Sucre