Historia cinematográfica de Bane y Catwoman, contra Batman

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Para el cierre de su trilogía, en ‘El caballero oscuro: la leyenda renace’ (The Dark Knight Rises), Christopher Nolan ha decidido dar su incomparable interpretación de dos de los antagonistas más célebres de la enorme galería de villanos comiqueros de Batman.

Atreviéndose a tomar el relevo del oscarizado Joker de Heath Ledger, Bane y Catwoman han sido remozados a través de la perspectiva realista, seria y reflexiva del responsable de ‘Origen’ y ‘Memento’. Antes de que llegara esta gran oportunidad, sin embargo, ambos personajes tenían ya su propia historia de celuloide.

Catwoman: De Eartha Kitt a Anne Hathaway

Catwoman es, sin duda, uno de los personaje más icónico del universo batmaniaco, uno que no solo ha aparecido en todas las revisiones del Hombre Murciélago, sino que incluso ha contado con una indescriptible película spin-off, de la mano de Halle Berry.

La cantante y actriz Eartha Kitt, que tuvo tiempo incluso para sacar partido a sus dotes vocales, fue una de las que dejó su marca en la pequeña pantalla. Pero la actriz asumió el rol de la mano de Julie Newmar, que originó el papel en la sesentera serie que ahora nos parece tan retro, aunque mantenga gran parte de su encanto. La afroamericana Kitt tomó el mando a partir de la tercera temporada. Rizando el rizo, la Miss America Lee Meriwether cedió su figura a una tercera encarnación de la mujer gato, para la película ‘Batman’, basada también en la serie protagonizada por Adam West. La modelo copiaba todos los movimientos gatunos que Newmar había hecho famoso. No en vano, esta tercera intérprete se convertiría con el tiempo en una experta en mimetizar sustituciones icónicas, dado que en los ochenta se hizo cargo de Lily Munster, en el remake alrededor dedicado a la monstruosa familia.

Tuvieron que pasar casi tres décadas para que volviéramos a ver a una Catwoman en carne y hueso como dios manda. Tim Burton encueraba en un traje rasgado a Michelle Pfeiffer, para ‘Batman Returns’ (1992). El papel convirtió a la actriz en una musa del género, una de las primeras actrices de renombre en interesarse por el cine de super-héroes. Un hecho que la convirtió, con el tiempo, en fantasía sexual de los amantes de las tendencias sexuales más particulares. Seductora e irrefrenable como pocas, el extravagante personaje era transformada en manos del director en una esquizofrénica, con una vestimenta hecha a su medida. La doble interpretación de Pfeiffer le daba la oportunidad de saltar desde una joven reprimida a una mujer sin complejos con la sartén por el mango. Una imagen poco habitual en Hollywood que convertía al personaje en todo un símbolo del poder de la mujer, además de en icono de la cultura pop y mito erótico. Ninguna Comic-Con que se precie sería igual sin alguien disfrazado con su traje.

No obstante, tras este triunfo, la versión de Halle Berry no fue sino contraproducente para las el desembarco de la mujer en un género casi exclusivamente masculino. Estrenada un año antes que ‘Batman Begins’, esta producción dirigida por el francés experto en efectos especiales Pitof respiraba cierto tono de película de serie-B. Catwoman se enfundada en un nuevo -y veraniego- traje, para luchar contra una exagerada y sensual magnate de la moda interpretada por Sharon Stone. El film adolecía de falta de una mitología y de un guión estúpido y convencional. La coreografía de las escenas de acción brillaba por su ausencia, y el personaje protagonista no era esa mujer fuerte a la que nos había enganchado Pfeiffer. Esta mezcolanza hacía del proyecto una comedia paródica hilarante, aunque ése no fuera el objetivo. Tres años después de ganar un Oscar, Berry se lo tomaba con humor y acudió incluso a recoger su merecido Razzie, a peor actriz del 2005. El film se convirtió en uno de los grandes fracasos en taquilla de ese mismo año.

Esta irregular andanza nos devuelve hasta el presente. El nuevo traje de la Catwoman de Anne Hathaway es reminiscente al clásico de Julie Newmar, aunque manteniendo los fundamentos de Nolan: más práctico y corriente, mucho más útil para colarse en los sitios y arrear patadas sin que la licra moleste. Aunque la vertiente de femme fatale esté presente todavía, esta Catwoman parece la más dispuesta a ponerse en plan Robin Hood para dar un golpe a los grandes bancos. Los críticos han asegurado que su versión es la mejor hasta la fecha, haciendo parte del carácter icónico pero sin anteponerlo a la profundidad y humanidad de un personaje a la que se le hace imposible encontrar redención. El humor, como en toda buena película del director, está completamente olvidado. Pese a que no se vaya a hacer cargo de secuelas adicionales, Christopher Nolan ya ha dicho que el personaje se merece un spin-off. Si se cumplen los deseos, esperemos que esta vez haya alguien capaz detrás de las cámaras. Alguien que sepa nivelar la forma y el contenido, como supieron hacer Burton y Nolan a través de perspectivas opuestas.

Bane: Del monstruo de Joel Schumacher a Tom Hardy

La historia de Bane es mucho menos longeva y memorable. Su única aparición cinematográfica se dio en la infame ‘Batman y Robin’ (1997), dirigida por Joel Schumacher, ‘cineasta’ que se encargó de destruir la saga y, de paso, vestir a un Batman homoerótico con pechos puntiagudos. Ni el carisma de un incipiente George Clooney pudo arreglar el entuerto.

No contento con llenar el film de villanos de la talla de un Mr. Freeze con el acento -y la nula expresión- de Arnold Schwarzenegger y la Poison Ivy de Uma Thurman, el director decidió sumar a otro de los grandes enemigos de la historia de Batman a sus filas, aunque en realidad solo dibujara una caricatura del Bane que los seguidores comiqueros conocen. Convertido en una especie de musculoso Monstruo de Frankenstein, el luchador de wrestling Jeep Swensonse se calzaba las mayas para rellenar minutos de metraje y, de paso, dar un repaso al super-héroe protagonista y a su chico maravilla. Como dato curioso, el «actor» murió dos meses después del estreno del film. Antonio Diego, por su parte, se metía en la piel del escuchimizado Bane antes de transformarse.

Un director impersonal como Schumacher quiso parecerse demasiado a Burton, y éste fue el resultado. Un film incoherente y con demasiadas tramas complementarias. Exagerar la exageración, imprimir la estética del cómic y tomarse a broma una historia seria es algo al alcance de pocos. Incluso Burton ha acabado convertido en una parodia de sí mismo con el paso de los años.

Olvidándose de todo lo creado antes de que pusiera su sello en la saga, Nolan ha diseñado una visión realista del personaje. Ha eliminado kilos de músculos llenos de venas, y ha destruido el traje de lucha libre mejicana. El camaleónico Tom Hardy (que trabajó con el director en ‘Origen’) ha logrado así un aspecto imponente, vestido del modo más simple. Una chaqueta, un chaleco anti-balas digno de una batalla bélica y una calva reluciente. Para taparse el rostro se ha enfundado una especie de respiradero que, pese a que impida que comprendamos la palabrería de algunas de sus amenazas, le da un aspecto temible.

Difícil era encontrar el carisma tras tantos impedimentos, pero parece que Nolan ha logrado dar a este anarquista en potencia -todos los enemigos de su saga lo son- una personalidad vibrante inigualable a la de sus antecesores. Hardy antepone la expresión no verbal a un villano casi redondo. Nadie mejor que Nolan para borrar de nuestra memoria entuertos pasados y arreglar personajes que parecían obligados al ostracismo.

2 opiniones en “Historia cinematográfica de Bane y Catwoman, contra Batman”

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