Es la mezcla de tradición e innovación la que hace que Shanghai sea una de las urbes más sofisticadas y cosmopolitas de China. A pesar de no ser una ciudad especialmente turística, Shanghai ofrece atracciones que, sin duda, a nadie dejan indiferente.
La atracción más popular de Shanghai consiste en surcar el río Huangpu en crucero. A bordo de un cómodo barco, puedes disfrutar de unas vistas panorámicas sin parangón: a un lado el histórico paseo de Bund, y al otro el futurista distrito de Pudong.
Shanghai cuenta además con varios centros expositivos de interés: destacan el Museo de Shanghai, que alberga más de 120.000 tesoros históricos y arquitectónicos, y el Museo Municipal de Historia de Shanghai. Éste último está ubicado en la Torre Perla de Oriente, uno de los edificios más altos, y símbolo de la ciudad.
Tampoco te puedes perder los jardines Yuyuan y el Bazar. Ubicados en el barrio histórico del centro, cuentan con coloridos callejones abarrotados de tiendas de souvenirs y puestos de comida. La calle New Yong’An es también el lugar perfecto para degustar la típica gastronomía china. En ella encontrarás desde platos exóticos -como lagartos o alacranes- hasta empanadillas de verduras y carne.
Si te apetece visitar la China más tradicional, existe la posibilidad de realizar excursiones a ciudades como Suzhou y Zhouzhuang, donde podrás conocer costumbres locales que han permanecido inalterables durante siglos. Muy cerca está también Tongli, un romántico municipio bañado por decenas de canales.
¿Qué ver en Shanghai? La lista de atractivos es interminable.
Sin duda una cosa que no se puede perder nadie que pase por Shanghai son los miradores de las torres. Cuando estuve, pude subir al mirador, con suelo de cristal, de la Shanghai World Financial Center una de las cosas que ver en Shanghai.
El mirador está a 472 metros de altura y las vistas son impresionantes. Merece la pena hacer un hueco para subir.