Las 24 Horas de Le Mans es una carrera automovilística de resistencia, ya que dura 24 horas continuas tal y como indica su propio nombre. Fue creada con el objetivo de no buscar únicamente velocidad, sino fiabilidad en los automóviles (existe también una edición para motos) y sus piezas. La alta velocidad es indiscutible, pero las marcas buscan testear algo más que la potencia, como reducir el gasto de combustible (cuantas menos veces haya que repostar menos tiempo se perderá en boxes), por ejemplo. Sin ir más lejos, en 2012 ganó Audi con un automóvil híbrido, convirtiéndose así en el primer vehículo no íntegramente de combustión en ganar esta dura carrera.
24 Horas de Le Mans es también una carrera de gran espíritu de equipo. Como se celebra solo una vez al año y es todo a una carrera, que todos lo hagan bien en el grupo es indispensable. En lo referente a los pilotos, al principio los equipos únicamente estaban compuestos por dos pilotos, pero actualmente son 3 pilotos que se irán turnando la conducción del automóvil, ya que, como decíamos al principio, ésta es una carrera en la que prima buscar la fiabilidad y esto no se puede conseguir con pilotos fatigados por no poder despegarse del volante. Así que, los pilotos sí pueden dormir, otra cosa es que debido a las condiciones de carrera sean capaces de conciliar el sueño. Más de uno ha confesado no haber dormido apenas por la tensión al ir su equipo entre los primeros. Las reglas sobre los relevos se han ido modificando en beneficio de la seguridad hasta tal punto en que el máximo que puede estar un mismo piloto de seguido al mando del pilotaje son 4 horas y un máximo de 14 horas de las 24 horas que dura la carrera. De esta manera, se pueden cubrir las horas de un piloto si no pudiese continuar o se le puede dar más tiempo al mejor piloto, que es lo que suele hacerse.
Como curiosidad, en las 24h de Le Mans fue donde comenzó la tradición de agitar y abrir una botella de champagne cuando se gana.