¿Qué dice la segunda enmienda a la Constitución estadounidense?

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ArmasEn 1789, los Padres Fundadores de los Estados Unidos escribieron diez enmiendas a su recién creada Constitución, que servirían como una «carta de derechos» irrevocables de todos los ciudadanos estadounidenses. Venerados por constitucionalistas y juristas por igual, no son pocos los quebraderos de cabeza que han creado esta serie de derechos fundamentales, utilizados como comodín en cualquier argumento -por falaz que sea el resultado.

La primera enmienda, que regula la libertad de culto, expresión, prensa, petición, y de reunión, es poco discutible, pero cuando llegamos a la segunda, la polémica está servida. ¿Qué dice la segunda enmienda a la Constitución estadounidense?

Literalmente se puede leer en la enmienda: «A well regulated militia being necessary to the security of a free State, the right of the People to keep and bear arms shall not be infringed«, o lo que es lo mismo, en el idioma de Cervantes, «La necesidad de una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido«. Lenguaje bélico y belicista que nos retrotrae hasta un época muy distinta, en un estado donde las armas calmaban los ánimos ante la posibilidad de una guerra inminente, una invasión de los británicos o la venida de un gobierno no democrático.

Sin embargo, los más conservadores, como la Asociación Nacional del Rifle (NRA) han querido llevar esta afirmación siempre hasta el extremo, tratando de luchas contra cualquier tipo de regulación que limitara el uso de armas de fuego. Así no se acepta ni siquiera el control de las municiones o las armas más potentes, aunque prohibiciones en otros países han demostrado que las medidas funcionan. Tan obsesionados están en tomarse como excusa esta enmienda que dice que la solución que da es que todos los ciudadanos formen una «milicia» armada. Las llaga del lenguaje de las armas, por conclusión, está profundamente clavado en la identidad estadounidense, pero, aunque el fondo sea complicado de cambiar, la forma no es imposible de limitar.

Las diez enmiendas fueron propuestas el 25 de septiembre de 1789 y promulgadas el 15 de diciembre de 1791. Desde entonces, los poderes políticos estadounidenses sólo han ratificado quince enmiendas adicionales, entre las que se encuentran el sufragio femenino, la ley seca o la promulgación del mínimo para votar en 18 años.

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