La fotografía macro es aquella en la que la imagen tiene el mismo tamaño o hasta 10 veces más que el objeto fotografiado. La macrofotografía es perfecta para fotografiar objetos muy pequeños, animales, insectos y plantas, así como para tomar fotografías de artículos de tamaño reducido como joyas, sellos o monedas. Este tipo de fotografía nos permite descubrir detalles que nuestro ojo no es capaz de captar. Los objetivos macro son empleados para conseguir ampliaciones generalmente de 1:1 (o tamaño natural).
Veamos las distintas opciones que existen en lo que a accesorios para la fotografía macro se refiere:
Los objetivos macro: son aquellos objetivos específicamente diseñados para macrofotografía que permiten tomar una fotografía a tamaño real escala 1:1 o superior.
Las lentes de aproximación: son lentes que se enroscan en la parte frontal del objetivo y nos permiten acercarnos más al motivo, reduciendo la distancia mínima de enfoque y permitiendo un aumento de la imagen proporcional a su diseño. Para aumentar la potencia, es posible acoplar más de una lente aunque la profundidad de campo se ve reducida considerablemente.
El anillo inversor: se trata de un anillo similar a un filtro sin elementos ópticos, que tiene por un lado el anclaje de la montura para nuestra cámara y una rosca en el otro. Básicamente se coloca en el cuerpo de la cámara y se enrosca el objetivo en su parte frontal. El principal inconveniente que tiene el anillo inversor es que se pierde la comunicación entre la cámara y el objetivo.
El tubo de extensión: se coloca entre el cuerpo de la cámara y el objetivo, Hay de varios tamaños y también se pueden acoplar unos con otros. El tubo de extensión crea una ampliación proporcional a la longitud del tubo. Con este accesorio se pierde mucha luz.
El fuelle: es muy parecido a los tubos de extensión con la diferencia de que la distancia entre la cámara y el objetivo es graduable y no nos obliga a usar medidas pre establecidas.