¿Quién escribió 'La isla del tesoro'?

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Más de un siglo después de que se publicara por primera vez en Londres, y tras innumerables adaptaciones y copias en todos los medios, ‘La isla del tesoro’ sigue siendo una de las novelas de aventuras más notables de toda la historia. Sus páginas narran la historia de Jim Hawkins, chico que, después de que su padre reciba una amenaza y muera a manos de un misterioso pirata, se embarca junto a una variopinta tripulación de piratas camino a la isla donde, según un mapa, se alberga un gigantesco tesoro.

El escritor de este clásico del siglo XIX se llamaba Robert Louis Stevenson, escocés que, pese a morir a los 44 años tras luchar durante décadas con la tuberculosis, dejó para la historia novelas y relatos tan populares, y variopintas, como ‘El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde’, ‘El señor de Ballantrea’ y ‘La flecha negra’. La obra de este ensayista y poetista incluye incluso crónicas de viaje y volúmenes históricos. Influyente como pocos, tuvo la suerte de conocer el éxito en vida.

Hijo de una familia de ingenieros y constructores de faros presbiterianos, pero licenciado en derecho, nunca ejerció la abogacía. No en vano, decidió seguir la que había sido su gran pasión desde pequeño, la narrativa. Dada la enfermedad de su madre primero y después la suya, su vida estuvo repleta de viajes y traslados, huyendo de la fría Escocia. En California, conoció a Fanny Osbourne, madre soltera californiana y diez año mayor con la que se casó, con la que viajaría a Suiza, Bournemouth, Edinburgo, Nueva York y la Riviera francesa.

Desde el terror bipolar del icónico ‘Dr. Jekyll y Mr. Hyde’ hasta la histórica Guerra de las dos rosas que sirve de estadio para ‘La flecha negra’, Stevenson supo desenvolverse como nadie en todo tipo de géneros. Asimismo, su pluma fue la encargada de definir la estructura de la moderna literatura de aventuras, habitualmente juvenil, a través de sus destacados ensayos. Un género que le unió a Mark Twain, autor de ‘Las aventuras de Tom Sawyer’ y ‘Las aventuras de Huckleberry Finn’ con el que trabó amistad en su aventura neoyorquina.

Tras haber conocido el éxito popular, en 1894, Stevenson murió de un ataque cerebral en Apia, capital de Samoa donde se refugió durante años tras quedarse maravillado en un crucero y luchar por los derechos políticos de los locales. Allí, los aborígenes por los que era venerado lo apodaron, en el epitafio de su tumba, ‘Tusitala’, que se traduce al español como «el contador de historias».

Su obra incluye, además, ‘Secuestrado’, ‘Las nuevas noches árabes’ y ‘El diablo de la botella’.

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