Dražen Petrovic (1964-1993) fue un excelente jugador de baloncesto de nacionalidad croata. Coleccionó decenas de títulos en Europa y llegó a jugar en la NBA, primero en los Portland Trail Brazers y más tarde en los New Jersey Nets, franquicia en la que confirmó que su talento para el basket no entendía de fronteras. Un accidente de tráfico selló su trayectoria cuando tan sólo tenía 28 años.
Conocido como ‘El genio de Šibenik’ -ciudad que le vio nacer-, Dražen Petrovic era un escolta de 1,96 metros de altura. Su dominio del balón era endiablado y su capacidad para pasar digna de los más grandes del deporte de la canasta. Pero si por algo destacó este jugador es por ser letal frente al aro rival. Lo tiraba todo… y lo metía, aunque sus críticos le acusaban de ser excesivamente individualista y defender con poca intensidad.
Cuando todavía era un adolescente, Petrovic logró dos subcampeonatos de la Copa Korac con el equipo de su ciudad, el BC Šibenka. Fue fichado con posterioridad por la Cibona, donde acumuló tres ligas y otras tantas copas de Yugoslavia, además de dos Copas de Europa y una Recopa. Defendiendo los colores del Real Madrid añadió a su palmarés una Copa del Rey y otra Recopa de Europa. Y por si fuera poco, fue subcameón de la NBA con Portland y sumó un total de nueve medallas con Yugoslavia y una más con Croacia. Ahí es nada.
Algunas de sus marcas no dejan de sorprendernos: ¡en un partido de la liga de su país anotó nada menos que 112 puntos! Y no le temblaba la mano en los momentos decisivos: sus tiros sobre la bocina fueron sonados, nunca mejor dicho.
Como curiosidad, apuntar que Dražen Petrovic era primo segundo de Dejan Bodiroga, ex jugador de Real Madrid, Panathinaikos, FC Barcelona y Virtus Roma, entre otros. El primero era croata y el segundo es serbio, pero eran familia.