Este tipo de bebidas cada vez tienen más aceptación entre los consumidores. Sobre todo entre aquellos que con más o menos regularidad realizan algún tipo de deporte o de esfuerzo físico. Parece ser que su mercado se va ampliando poco a poco y que cada día son más marcas las que se suman al carro de las bebidas deportivas.
En su mayor parte están compuestas por agua, hidratos de carbono simples y complejos y electrolitos, incluso algunas vienen vitaminadas. Sin embargo entre unas y otras existen una serie de diferencias en la cantidad y el grado de concentración de sales y minerales que poseen en su composición.
Atendiendo a esta diferenciación encontraremos :
Bebidas hipotónicas : Aquellas en las que la concentración de sales y minerales por unidad de volumen es inferior a la encontrada en sangre. El agua, por ejemplo, sería una bebida hipotónica. Se recomienda en esfuerzos físicos inferiores a una hora y en los que no son necesarios un aporte extra de electrolitos. En este tipo de esfuerzos es suficiente con beber agua antes, durante y después de la sesión.
Bebidas hipertónicas : La concentración en sales y minerales es superior a la que hay en sangre. Son aconsejadas en esfuerzos largos y que se realizan con temperaturas más bien bajas, en donde la pérdida de agua es pequeña y no es tan necesario el reponer líquido como el aporte extra de carbohidratos. Y es que para que el organismo pueda absorber esta concentración tiene que segregar agua para diluirla hasta convertirla en isotónica.
Bebidas isotónicas : En este caso la concentración de azúcares y electrolitos es similar a la que tenemos en sangre por lo que se absorbe rápidamente y sin dificultad ayudando a retrasar la fatiga, evitar las lesiones y acelerar la recuperación.