El sudor, aunque necesario para nuestro organismo, es siempre molesto, tanto para nuestra comodidad como para desenvolverse en situaciones sociales. A veces, la excesiva sudoración se convierte además en una enfermedad incurable, llamada hiperhidrosis, donde el cuerpo llega a hacer brotar más líquido del que necesitamos. El sudor no solo humedece la ropa, sobre todo debajo de las axilas y en los pies, sino que generalmente desprende también un fuerte hedor, afectando el autoestima del que lo soporta.
El calor, el estrés o las multitudes son factores que no ayudan, y el sudor puede aparecer en los momentos menos pertinentes, como elementos de los ataques de ansiedad en presentaciones en público o una entrevista de trabajo, por ejemplo. El sudor en grandes dosis puede hacer aparecer incluso infecciones en la piel, así como infestaciones por hongos o bacterias. ¿Cómo podemos evitar estas situaciones? A continuación, os presentamos una serie de consejos fáciles de llevar a cabo para luchar contra el sudor excesivo:
– Higiene. Como es obvio, la limpieza del cuerpo, juega un rol fundamental en la sudoración. Para evitar el mal olor hay que realizar al menos dos lavados diarios en pies y axilas, utilizando jabón, agua y una esponja vegetal, así como desodorante. Es importante secar y enjuagar. No está de más subrayar que después de una actividad vigorosa, la ducha es indispensable.
– Productos especiales. Dada la lucha constante que tanto hombres como mujeres tenemos con el sudor, se han diseñado productos específicos para este mal. Así, marcas especializadas como Perspirex han diseñado fórmulas que, aún con una sola aplicación, pueden ser efectivas incluso durante días. Una protección específica para acabar con esas bacterias que al formarse desprenden una serie de gases que atraen el hedor. Desodorantes, cremas y lociones pueden reducir la producción de sudor hasta en un 65%.
– Prendas que transpiren. Es aconsejable usar de manera preferente fibras naturales como el algodón o el lino, que transpiren. Los tejidos sintéticos son contraproducentes. Para el calzado, lo más recomendado es la comodidad, aunque también ayudan las suelas de cuero, igualmente transpirables, y la renovación periódica de los zapatos.
– Depilación. Afeitarse el vello axilar es uno de los consejos más simples que muchos hombres se resisten a practicar.
– Evitar alimentos fuertes. La cebolla y el ajo, además de especias de olor penetrante como el curry, o incluso la cerveza, son perjudiciales para la sudoración excesiva.
– Remedios naturales. Hay multitud de recetas caseras, pero, como habitualmente ocurre en estos casos, su efectividad no está totalmente probada. Una de las maneras más habituales de luchar contra la transpiración es el uso del té de corteza de sauce con bórax para humedecer las axilas. Asimismo, existen lociones -hechas con aloe vera, por ejemplo- e infusiones para sudar menos, mientras que otros naturalistas recomiendan vinagre, jugo de limón y alcohol.
– Bótox. En caso de que nada de lo anterior funcione, injertar bótox en la zona afectada es un tratamiento más duro e intrusivo, pero con una mayor efectividad.
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