Se llama Joaquim Rodríguez Oliver, pero los aficionados al deporte le conocemos como ‘Purito’. Este apodo se remonta a los comienzos como profesional del genial -dentro y fuera de la carretera- ciclista barcelonés. Y no solo le ha acompañado a lo largo y ancho de su meritoria carrera, sino que le tiene además un cariño muy especial y le ha hecho tan popular o más que sus propias hazañas encima de la bicicleta. ¿Por qué ‘Purito’?
Lo de ‘Purito’ se lo pusieron a Joaquim sus compañeros del equipo ONCE en los tiempos de Manolo Saiz. Un día, en plena concentración en la provincia de Cádiz, los ciclistas entrenaban subiendo un repecho cuando el catalán decidió realizar un ataque y superar a sus acompañantes con desparpajo y solvencia. No contento con esto, para demostrar que estaba sobrado de fuerzas, simuló que se fumaba un puro, gesto que le valió el apodo de ‘Purito’ -así le llamó el entonces jefe de filas Laurent Jalabert-.
El diminutivo podemos atribuirlo a la escasa envergadura de ‘Purito’, 1´70 metros y 55 kilos de peso, lo que no le ha impedido contar con un brillante palmarés que incluye, entre otros muchos premios, el Campeonato de España en el año 2007, el segundo puesto en el Giro de Italia de 2012 y victorias de etapa en las 3 grandes vueltas. No está nada mal.
Menuda temporada ha hecho el Purito. Ahora tras sus exhibiciones en los muros de la Vuelta, le llaman también Murito al catalán. Por cierto acaba de ganar Lombardia, el primer español que se lleva este monumento.