Historia y curiosidades de los Premios Óscar

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Historia y curiosidades de los Premios Óscar

Por todos es conocido que el galardón más valorado y ansiado en el mundo del cine es el Óscar. Todo lo que este envuelve genera interés y controversia por igual. Los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas tienen un gran efecto en la vida del actor y la trayectoria de la película. Así, hemos visto como algunos actores han desparecido tras ganar la estatuilla o como varios films han visto incrementados sus ingresos tras haber pasado desapercibos en las taquillas.

Muchos son los años que lleva entregándose este galardón, por lo que de igual modo existe gran cantidad de curiosidades e historias entorno a esta pequeña figura.

¿Por qué se llama Óscar?

Lo cierto es que todavía hoy no se sabe el origen del nombre, si bien es cierto que existen varias teorías que han querido dar respuesta a este enigma. La versión más extendida y que más fuerza tiene, tuvo origen en 1931 cuando Margaret Herrick, secretaria ejecutiva de La Academia, recordó a su “tío Óscar”. El columnista Sidney Skolsky, presente en dicho momento, lo adoptó para sus artículos, por lo que el nombre adquirió popularidad, aunque no fue hasta 1939 cuando el premio fue llamado oficialmente ‘Óscar’, tal y como lo conocemos hoy en día.

Pero como decíamos anteriormente, hay más de una versión. Otra leyenda que circula es la que la actriz Bette Davis contó en su biografía. En ella asegura que el nombre de la estatuilla era en honor a su primer esposo, Óscar Nelson.

¿Quién lo creó y por qué tiene esa forma?

La figura del Óscar representa a un caballero armado con una espada que aguarda de pie sobre un rollo de película con cinco radios, que simbolizan las ramas originales de la Academia: actores, guionistas, directores, productores y técnicos. Mide poco más de 34 centímetros y pesa unos cuatro kilos. Está hecha de britanio bañado en oro, pero durante la II Guerra Mundial se fabricaron excepcionalmente en yeso.

Su diseño se lo debemos al director artístico del Metro-Goldwyn-Mayer, Cedric Gibbons, que realizó el boceto en papel. El escultor George Stanley la diseñó en arcilla y Sachin Smith la creó.  Siempre ha permanecido invariante desde sus orígenes salvo dos excepciones: En 1939 la Academia concedió el Óscar Honorífico a Walt Disney por ‘Blancanieves y los 7 enanitos’ y el premio consistió en un Óscar estándar y siete en miniatura como guiño a su película. Y en 1938, el ventrílocuo Edgar Bergen recibió un premio de madera con una boca articulada como homenaje a su muñeco ‘Charlie McCarthy’.

Sus inicios

Los premios fueron presentados por primera vez en el año 1929 en el hotel Hollywood Rooosevelt, donde se entregaron 15 premios. En esta primera gala los premiados ya se sabían vencedores, ya que no fue hasta el año posterior cuando se decidió que se desvelaría el nombre de los mismos justo en el momento de empezar la gala. Sin embargo, L.A. Times incumplió el trato, por lo que en 1941 se decidió implantar el sistema de sobres cerrados que aún hoy se utiliza.

En 1950 se introdujo una regla por la que los ganadores del premio, o sus herederos, no pueden vender la estatuilla sin primero ofrecérsela a la Academia por un dólar. Pero como en todo caso, hay una excepción que confirma la regla. Y es que, en el año 2011 la familia de Orson Welles vendió su Óscar conseguido por la película ‘Ciudadano Kane’ por 861.542 dólares. Una corte jurídica determinó que el cineasta no firmó ningún acuerdo con la Academia.

Desplantes más conocidos

A pesar de ser el premio de mayor reconocimiento y mejor valorado en el mundo del cine, han existido desplantes llamativos en la ceremonia de entrega de los Óscar. George C.Scott, galardonado con el premio a mejor actor en 1970 por ‘Patton’, no acudió a recoger el premio al considerar que no era más que “una lucha de egos”.

Dos años después, Marlon Brando tampoco fue a recoger la que era ya su estatuilla por su papel de Don Vito Corleone en ‘El Padrino’. Sacheen Littlefeather fue en su lugar vestida de india y leyó un comunicado criticando el trato recibido por los nativos en la industria cinematográfica.

Woody Allen aseguró haber olvidado que se celebraba la gala cuando tenía que recoger su premio como mejor director por ‘Annie Hall’. Lo cierto, es que el cineasta no participó en la ceremonia hasta 2002, año en el que la academia rindió homenaje a la ciudad de Nueva York tras los atentados del 11-S.

La reina de los desplantes fue la actriz Katherine Hepburn, candidata en doce ocasiones y ganadora de tres premios, nunca acudió a recoger la estatuilla, excepto en 1973 cuando decidió ir a recoger su premio honorífico.  Donó todos sus premios al Empire State Building de Nueva York.

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