¿Cuál es el origen de la expresión 'ser más feo que Picio'?

‘Eres más feo que Picio‘. Una expresión comparativa no demasiado halagadora que los hispano-parlantes utilizamos para describir la anormal fealdad de una persona. Pero, aparentemente, el tal Picio existió de verdad en la historia española. ¿Cuál es el origen de la expresión ‘ser más feo que picio’?

Según cuenta la leyenda aparecida en el ‘Gran diccionario de Refranes’ de José María Sbarbi, Francisco Picio era un zapatero español del siglo XI, residente en de Alhendín (Granada), que, aún habiendo sido condenado a pena de muerte, fue absuelto poco antes de su final, en la misma capilla. Tal sorprendente fue el indulto que, al parecer, se le calló el cabello, las cejas y pestañas, apareciéndole además una serie de tumores en el rostro, que acrecentarían su fealdad. Así, se convirtió en paradigma de fealdad. Un hombre deformado que bien podría haber sido el ‘hombre elefante’ cañí.

Aparentemente, el infame Picio huyó a Lanjarón, en La Alpujarra, tras su transformación. De allí acabó siendo expulsado también por su negación a entrar a la iglesia, donde se debía quitar el pañuelo que cubría su calva. Por si esto no fuera suficiente, el dicho original clama así: “eres más feo que Picio, a quien de feo que era, le dieron la Unción con caña, por lo asustado que estaba el cura”, aunque, en esta ocasión, esta anécdota parece ser parte de la exageración en la mitología andaluza.

No obstante, ésta no es la única versión sobre el origen de la expresión. En el libro ‘Sátiras y panfletos del Trienio Constitucional’ de Sebastián de Miñano, escrito entre 1823 y 1845, se clama que Picio era un anciano orador y político popular, miembro de los exaltados, que era poco agraciado, pese a destacar por su labia.

La primera constancia que se guarda de la expresión, sin embargo, se remonta a 1882, cuando Pedro Antonio de Alarcón escribió en la ilustre novela ‘El sombrero de tres picos’ que “El tío Lucas era más feo que Picio”, primera frase del quinto capítulo. Nada casualmente, Alarcón también era granadino.