Descendiente del rabel y la fídula, el violín es junto con la viola, el violonchelo y el contrabajo uno de los instrumentos de cuerda clásicos, concretamente el más pequeño y agudo de todos ellos. Su origen se sitúa en el siglo XVI, aunque fue en el XVIII cuando ganó popularidad y alcanzó su perfección gracias al trabajo del mítico Stradivarius. ¿Sabes cuántas cuerdas tiene un violín?
El violín tiene cuatro cuerdas que suenan al ser frotadas con el arco. Estas cuerdas se hacían en la antigüedad con tripas animales, sustituidas actualmente por otras sintéticas, con buena sonoridad y más resistentes, o bien elaboradas en metal o con tripa entorchada con aluminio, plata o acero.
Emotivo y sentimental, el violín puede ser sutilmente puro o terriblemente brusco, según la intensidad con la que se produzca el frotamiento del arco con las cuerdas y como la exteriorice la caja de resonancia. Existen además diversas técnicas con las que lograr efectos distintos: pizzicato, vibrato, trémolo, glissando…
Sobre el afinamiento de las cuerdas, se realiza por intervalos de quintas: sol3, re4, la4, mi5. La primera cuerda en afinarse es siempre la del la y la que tienen una sonoridad más grave la del sol.
Aunque el violín ha estado tradicionalmente a la música más clásica, su papel dentro del folclore es igualmente destacado y, más recientemente, igualmente en el jazz. El pop e incluso el rock.