Las partidas de nacimiento y documentos burocráticos son algo relativamente nuevos en la historia de la humanidad, por lo que verificar las personas más ancianas es algo también bastante reciente. Además, pasar de los 100 años es un lujo con el que nuestros antepasados tampoco podían contar. Según el listado del ‘Libro Guinness de los Récord’ y ‘Gerontology Research Group’, la persona más longeva que han podido comprobar se llamaba Jeanne Calment, una francesa que murió en 1997 con 122 años.
Desde entonces, nadie ha podido rivalizar su récord de vejez, y es que el proceso de verificación es largo y complicado. Para convertirse en super-centenario -persona con más de 110 años- oficial, el candidato debe mostrar tres documentos fidedignos, que serán minuciosamente comprobados por un comité internacional. Dadas las dificultades del proceso, por lo tanto, muchas alegaciones de longevidad han sido desestimadas por falta de argumentos. Algunos nombres de la lista, además, todavía tienen un reconocimiento disputado. Los primeros puestos están repletos, por supuesto, de mujeres, cuya esperanza de vida es más alta que la de los hombres. Por el requerimiento burocrático, además, las estadounidenses son las que copan estas posiciones.
La anciana viva que más se acerca a la primera posición es la estadounidense Besse Cooper, que casi ronda los 116. Al igual que ella, otras 20 personas del listado han alcanzado los 115 años, dos de los cuales todavía están vivos. Seguro que durante los próximos años el número de supercentenarios se incrementa de manera bastante contundente, con ayuda de las maneras más fiables y fáciles de verificar la información, y gracias a que nuestra esperanza de vida se va ampliando. El largo sueño de llegar a viejos.