¿Quién participó en la revolución mexicana?

Difícil sería tratar de comprender el México contemporáneo, sin conocer la revolución mexicana comenzada en 1910, epicentro de toda una serie de movimientos anti-gubernamentales que acabaron dando forma a una guerra civil y que cambiarían, de manera inevitable, el paisaje socio-político del más hispano país norteamericano. Imposible sería también tratar de entender la revolución mexicana sin aprender de sus revolucionarios. Por eso nos preguntamos ¿quién participó en la revolución mexicana?

Aunque muchos son los nombres que participaron, cuatro son los hombres más famosos: Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Francisco Villa y Venustiano Carranza, protagonistas de distintas etapas de los múltiples levantamientos. Todo comenzó, de hecho, por órdenes del primero, el 20 de noviembre de 1910, cuando el empresario y político se dispuso a luchar contra el orden establecido, en general, y el gobierno de Porfirio Díaz, en concreto. El dictador había gobernado México durante 31 años, y el hastío primaba entre la población. Un movimiento que lo echara del poder era solo cuestión de tiempo.

Tomando el lema «Sufragio efectivo, no reelección» por bandera, Madero y los trece levantamientos se dispusieron a tratar de cambiar el modo de elegir presidente. El principal objetivo era que los mexicanos pudieran elegir de manera efectiva y directa a su líder y que éste no pudiera permanecer tantos años en el poder. Asimismo, y dado el tono socialistas,anarquistas y populistas del movimiento, trataron de luchar contra el capital y la lucha de clases, para devolver la tierra a la que «las trabajaban», a los agricultores. Dada la inmensa presión de la revolución Maderista, y tras una sangrienta guerra -durante la cual Madero había sido aprisionado y había huido a EE.UU.-, Díaz anunció su retirada el 25 de mayo de 1911.

Madero tomó entonces el poder, aunque su gobierno no estuvo exento de críticas y levantamiento, casi desde el primer momento. Las diferencias con otros líderes revolucionarios como Emiliano Zapata y Pascual Orozco, que estaban en contra del desarme hasta que no se cumpliera lo prometido en el Plan de San Luis, acabó intensificando el Zapatismo, creando un conflicto interno dentro del movimiento. Madero había cambiado los estamentos y pirámide del gobierno, modificando la constitución y la ley electoral, pero los revolucionarios criticaban que se hubiera olvidado del pueblo.

La tensión permaneció hasta que en 1913, un movimiento contrarrevolucionario -con otros tantos líderes- encabezara un golpe de estado que acabó con la vida de Madero y su hermano, dando comienzo a lo que hoy conocemos como Decena Trágica, foco de múltiples conflictos.

La dictadura del golpista Victoriano Huerta, caracterizada por la fuerza militar, la falta de democracia y los conflictos geográficos con EEUU, sería esta vez derrocada por las tropas revolucionarias comandadas por Venustiano Carranza (un veterano de la revolución) y el ilustre Francisco -o Pancho- Villa, uno de los nombres más recordados de la historia de México. Ellos fueron, no en vano, los grandes protagonista de la revolución constitucionalista, que avanzó lenta pero segura, pese a todas las desavenencias internas y externas que debió superar en su transcurso.