Con el buen tiempo, os quiero animar a que os acerquéis a alguno de los más de 1.900 kilómetros vías verdes que hay por España. Muchas de ellas eran infraestructuras ferroviarias que cayeron en desuso y que han sido reconvertidas en itinerarios cicloturistas y senderistas en el marco del Programa Vías Verdes, coordinado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
Desarollado desde 1993, el programa Vías Verdes, ha rehabilitado parte del entramado de la red ferroviaria en el territorio peninsular. Muchas de las infraestructuras en desuso se han convertido en espacios para el ocio y el tiempo libre.
Estaciones de tren que son ahora cafeterías o piscinas públicas. Túneles abandonados que permiten a los cicloturistas atravesar montañas. Vías, señales, relojes… restos del ferrocarril, huellas del medio de transporte más ecológico nos recuerdan que algún día estuvo ahí, aunque hoy sean travesías de turismo ecológico.
Las vías verdes constituyen un instrumento ideal para promover el deporte al aire libre y de la movilidad no motorizada. La gran ventaja es que garantizan la accesibilidad y la universalidad de usuarios, sin limitaciones de edad o capacidad física y siempre acompañados por bellos paisajes con los que deleitarnos.