Grigori Yefímovich Rasputín (1869-1916) fue un religioso ruso de excéntrica personalidad y gran influencia. Sus habilidades curativas causaron asombro entre nobles y aristócratas, hasta el punto de ganarse el favor de los últimos miembros de la Dinastía Romanov, sobre todo de la zarina Alejandra. ¿Sabes cómo murió Rasputín?
La importancia de Rasputín en la corte real rusa fue tal que no tardó en generar recelos entre algunos de sus miembros. Así, el príncipe Félix Yusupov y el duque Demetrio Románov, primo del zar, planificaron su muerte. Tras varios intentos fallidos, ésta tuvo lugar la madrugada del 29 al 30 de diciembre de 1916 en Petrogrado, conocida posteriormente como Leningrado y actualmente como San Petersburgo.
Sí, Rasputín murió asesinado, aunque las circunstancias de su fallecimiento aún hoy generan controversia. Al parecer, el monje fue primero envenenado, después tiroteado y finalmente envuelto en una alfombra y arrojado al frío río Neva. Según la autopsia, ni el cianuro ni las balas pudieron con él, ya que falleció ahogado.
Tras su muerte, Rasputín fue enterrado en un bosque, aunque previamente le castraron y extrajeron su corazón. Tiempo más tarde sus restos fueron exhumados e incinerados.
Recientes investigaciones parecen demostrar que tras la desaparición de Rasputín también estuvieron los servicios secretos británicos. Fuera así o no, lo cierto es estamos ante un personaje histórico peculiar. Misterioso como pocos e influyente como el que más.
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