Papá Noel -o Santa Claus- es uno de los personajes más famosos de la cultura popular y uno de los pilares de la Navidad en muchas partes del mundo. Una figura entrañable de barba blanca, traje rojo y mejillas sonrosadas que se ha convertido en el alma de esta época del año. Y es que, cada 25 de diciembre los niños de cada rincón del planeta esperan encontrar sus regalos bajo el árbol de Navidad.
El verdadero origen de Papá Noel
A lo largo de la historia ha habido muchos tipos de Papá Noel, pero todos ellos simbolizan al mismo personaje: San Nicolás de Bari, un sacerdote que nació en torno al año 280 en Myra (lo que hoy conocemos como Turquía) y que tenía especial debilidad por los niños. Hijo de una familia adinerada, quedó huérfano tras el fallecimiento de sus progenitores por culpa de la peste cuando estaba a punto de cumplir 20 años.
Fue entonces cuando se ordenó sacerdote en la misma orden de su tío (llegando a ser obispo de Myra y más tarde patrón de Turquía, Rusia y Grecia) y decidió donar todos sus bienes.
La solidaridad que hoy le caracteriza proviene de su generosidad para con los niños y los más pobres. Cuenta la leyenda que San Nicolás de Bari se enteró de que un padre tenía 3 hijas “condenadas” a ser solteras al no tener el dinero suficiente para casarse. Sin embargo, una noche San Nicolás arregló el problema entrando en secreto por la ventana y metiendo en los calcetines de las niñas (los colgaban sobre la chimenea para secarse) el oro suficiente para que pudieran casarse cuando tuvieran la edad.
La muerte de San Nicolás y el comienzo de una leyenda
San Nicolás murió el 6 de diciembre del 345 d.C., día en que se celebra la fiesta en su honor, llamada Sinterklaas (San Nicolás) en numerosos países europeos, especialmente en Holanda. En oriente le conocen como San Nicolás de Myra, pero en occidente se le llama San Nicolás de Bari. Esto es debido a que en el año 1087, cuando los musulmanes invadieron Turquía, un grupo de cristianos sacó sus reliquias de Myra y las trasladó en secreto a la ciudad de Bari (Italia) donde se cuenta que tuvieron lugar más milagros atribuidos a él.
Siglos después, cuando los inmigrantes holandeses fundaron la actual Nueva York extendieron su figura estableciendo sus costumbres y mitos en territorio americano. Varios autores e ilustradores norteamericanos escribieron historias sobre este personaje, al que le fueron cambiando su aspecto y añadiendo pequeños detalles (como el trineo y los renos)
Imagen moderna de Papá Noel
Con el paso del tiempo esa imagen de Papá Noel con el trineo, los renos y la bolsa llena de regalos navideños (invención estadounidense) se fue haciendo más famosa y se propagó por Europa. De esta manera se consiguió homogeneizar un personaje que adquirió la inmortalidad en el libro infantil de Frank Baum (‘La Vida y las Aventuras de Santa Claus’) y que dio el salto definitivo gracias a Coca Cola.
Y es que en 1931, la ya por entonces multinacional, comenzó a publicar anuncios publicitarios en revistas utilizando la figura de Santa Claus. Coca Cola pidió al ilustrador Haddom Sundblom que lo dibujara con los rasgos propios de la marca, surgiendo así ese anciano bonachón, de barba blanca y vestido de rojo con botas negras que todos conocemos hoy en día.